Sanar el movimiento interrumpido hacia la madre

Texto de Bert Hellinger (Meditación "Regresar a la Madre")



EL TRAUMA ORIGINAL

El hecho, es casi siempre, el abandono  y el sentirse abandonado; es un trauma.

Prácticamente la mayoria de nosotros tenemos la experiencia de un movimiento de entrega hacia alguien, que no fue posible concluir.
Por ejemplo, porque los padres no estuvieron presentes. Esto se da generalmente antes de los 5 años.
Esto hizo que la criatura se sintiera desesperada ¿Pero donde están mis padres/mi madre/mi padre?
¿Me encuentra perdido?. Ese es el trauma. En el fondo, es el trauma original.

Todos los traumas que más adelante nos llegan a afectar tienen el mismo origen, un movimiento que hubiera sido necesario, pero no se pudo completar. La incapacidad de moverse desencadena este tipo de trauma.

Si el movimiento interrumpido vuelve a ponerse en marcha, en contra de todos los miedos, hasta que pueda llegar a la meta, entonces emerge la solución.

Vamos a ver aqui una valiosa meditación.

MEDITACION: EL MOVIMIENTO INTERRUMPIDO HACIA LA MADRE

Cierren los ojos. Vamos a nuestra infancia, hacia muy atrás, hacia una situación como la que acabamos de mirar.; cuando quisimos estar con mama o papa y alguno de ellos, o los dos no estuvieron presentes. Ese momento cuando de pronto nos sentimos abandonados.

¿Que es lo que sucedió en ese momento en nuestra alma? ¿Que sentimientos hubo? ¿Hubo rabia, quizá? ¿Hubo desesperación? Luego, se hizo necesario el acto de desconectarse, porque la situación se hacia insoportable. Y la decisión interna fue la siguiente, "Yo me retiro, puesto que nadie está realmente disponible para mi".

Entonces, cuando la madre volvía a presentarse, nos mantengamos retraídos. Ya no nos acercabamos a ella. Repentinamente tenemos otra imagen interna suya, una imagen que está asociada a dolor y a un reproche. Esa imagen es la que luego nos acompaña una vida entera.

Aqui comienza el movimiento hacia "lo menos" en todo lo que hacemos.

Así, por ejemplo, cuando la madre quería acercarse a nosotros, nos retirábamos. Ya no buscábamos su cercania.

Y eso puede seguir dándose, posteriormente, en todo sentido. Por ejemplo, en la relación de pareja, o con el éxito. En vez de acercarnos, nos retiramos. Todo es un movimiento hacia "lo menos".

Ahora se trata de invertir este movimiento donde comenzó todo: con la madre.


Regresamos al tiempo en el que sucedió el trauma, y luego más allá, a un tiempo antes del trauma mismo. Volvemos a las otras experiencias que hemos tenido con nuestra madre; experiencias felices, llenas de confianza, comenzando con esta imagen:
Nosotros junto a su pecho, sostenidos por ella, con la mirada en sus ojos, llenos de amor.
Y también vamos a otras experiencias afortunadas, en las cuales fuimos felices, porque nos sabíamos seguros y a salvo.

Hacemos espacio a esas memorias, vemos a la madre en todo sentido cercana, amados por ella, sostenidos por ella en todo sentido, seguros.

Sentimos aquellos dias en los que si necesitábamos algo, ella estaba presente en todo momento. Permitimos que esta imagen se despliegue ahora en nuestra alma, hasta que nos colme por completo. Con esta imagen en el corazón, miramos a nuestra madre después del trauma. Sujetamos esta imagen.  Dejamos que gane espacio, un espacio amplio.

Ahora tomamos una nueva decisión por encima de la decisión de antaño, y le decimos a nuestra madre. "Yo vengo. Yo vengo de regreso"

Este pequeño paso lo damos siempre mirándole a los ojos.

Entonces, a pesar del dolor de antaño, damos el siguiente pasito.

Así seguimos, lentamente, centrados, paso a paso, hasta que nos vemos hundidos en sus brazos y felices. No decimos nada más. Así está bien.

Aqui lo dejamos.




Recogido del libro, "Meditaciones de Bert Hellinger"


Beatriz Buesa
Psicóloga Transpersonal- Sistémica.
www.vivirenelcorazon.com


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